Hay pocas cosas tan sanas como las legumbres


Hay pocas cosas tan sanas como las legumbres

Alubias rojas con arroz y piparras en vinagre por Tomás Hinojal en Recetas de alarma

Seguro que todos sabéis que hay pocas cosas tan sanas como las legumbres. Y seguro que un montón de vosotros cuando piensa en ellas piensa en digestiones difíciles, en hinchazón y pesadez. Pues, aun sabiendo que voy a convencer a muy pocos de que no tiene por qué ser así, os voy a dar 4 pautas para que esto no suceda:

1º.- Todas las legumbres, incluidas las lentejas a las que las vale con media hora, hay que remojarlas. Todas las diferentes alubias en agua fría; los garbanzos en agua caliente, si queréis incluso hirviendo. Ambas mínimo 12 horas y con una pizca de bicarbonato. Antes de cocinarlas retirad el agua y aclararlas.

2º.- Al cocinarlas o al terminarlas se les puede añadir laurel o semillas de hinojo o cominos por su efecto carminativo.

3º.- Nunca las saléis hasta el final, 15 minutos antes de terminarlas.

4º.- Lo que hace realmente pesado a un plato de legumbres son los condumios de alto nivel graso y proteínico (animal). Está muy bien darle un toque con ellos, pero en cantidad moderada y siempre desgrasado. Pero recordad, las legumbres son una fuente de proteínas vegetales increíbles.

Dicho esto, cómo no, hoy legumbre. De primero unas alubias rojas con arroz y piparras en vinagre. Y de segundo unas Hamburguesas de pollo de corral con verduras a la plancha.

Empezamos con las alubias y voy a ser muy claro. Para cuatro personas 400 gramos son más que suficientes. Gastaos un dineral en ellas, la diferencia es abismal. Yo soy un fan absoluto de las de Anguiano (La Rioja) pero hay todo tipo de alubias rojas y negras de calidad siempre y cuando las pagues. Y realmente merece la pena. Os hace falta además una cebolla, preferiblemente roja, cortada en dos, lo blanco de medio puerro y una hoja de laurel. Poner las alubias aclaradas cubiertas con el doble de agua y todo lo demás a fuego medio y tapado. Una vez que empiecen a hervir desespumarlas y bajarlas el fuego. Una hora después “asustarlas” con medio vaso de agua fría. A las dos horas aproximadamente empezarán a estar tiernas. En ese momento hay que elaborar un sofrito con 10 centilitros de aceite de oliva virgen, tres dientes de ajo picados y, cuando el ajo apenas empiece a dorarse, retirar la sartén del fuego y añadir una cucharada rasa de pimentón dulce de calidad. Pilpilear suavemente el puchero (moverlo en círculos) hasta conseguir que el guiso asimile todo el aceite. A partir de ahora y hasta terminar cocinarlo destapado y lentamente hasta conseguir que quede cremoso. Como hay que retirar la cebolla y el puerro, si no conseguís que espesen triturad la verdura con una cucharada de alubias y devolvedlo bien fino al puchero. Ponerlas a punto de sal, retirad el laurel y ya están. Acompañadlas con dos o tres cucharadas de arroz blanco (nacarar un vaso de arroz en una sartén con una cucharada de aceite a fuego fuerte y añadirle dos vasos de agua y una cucharadita de sal, hirviéndolo 15 minutos suavemente y dejándolo reposar) y con un platito de piparras en vinagre que nos ayudarán a asimilar el hierro de este platazo.

Para terminar las Hamburguesas de pollo. Preferible que sean pechugas de pollo de corral, que las piquéis vosotros a mano (400 gramos para 4 está bien), las aliñéis con dos dientes de ajo rallados o picados muy finos, una cucharada de perejil picado, sal, pimienta y un huevo entero. Mezclarlo bien y dejar reposar en la nevera hasta el momento de cocinarlas. Cada plato llevará dos hamburguesas hechas a la plancha e intercaladas con una rodaja de calabacín, otra de tomate y otra de cebolla doradas también a la plancha. No negaré que un lagrimón de alioli a su lado multiplicará por dos el placer. Que lo disfrutéis. Y mucha salud para todos.